Pese a que el alcalde de Ibagué, Andrés Fabián Hurtado, decretó toque de queda general y ley seca en toda la ciudad durante todo el fin de semana, para evitar focos de contagio del COVID-19, los ciudadanos siguen registrando un mal comportamiento. O al menos eso permite inferir las cifras.
La Administración Municipal, en compañía de la Policía Metropolitana y el Ejército Nacional, impuso 95 comparendos y trasladó a varias personas a las estaciones policiales, debido al incumplimiento de las restricciones que regían en esta jornada.
Además, se hizo el cierre preventivo a tres establecimientos de comercio por estar vendiendo bebidas alcohólicas. A su vez, también fue detenida una persona que portaba un arma blanca.
"Aún se evidencia que algunos infringen y no acatan las medidas adoptadas, afectando la salud de los ibaguereños", precisó Carlos Andrés Portela, secretario de Gobierno.
Por lo tanto, las autoridades continuarán los operativos dando cumplimiento de las restricciones y salvaguardando la seguridad ciudadana. Del mismo modo, se mantendrán los puestos de control en los accesos de la ciudad, para verificar el ingreso de vehículos.